Prueba Yamaha MT-125

martes, 13 de enero de 2015
La firma de los diapasones ataca el segmento de las motos de 125 cc con una atractiva street fighter que hará las delicias de los usuarios más "fun". La MT-125 es el nuevo escalón de acceso a la familia MT, que ya cuenta con 5 modelos. Savia nueva para los más jóvenes.

Los últimos listados de matriculaciones de motos en España reflejan un claro dominio de los modelos conducibles con el carnet de coche, con nueve referentes de 125 cc en los diez primeros puestos. De acuerdo, todos son scooter pero el sector de motos de marchas del octavo de litro no debe desatenderse, a tenor del éxito de ventas de la KTM 125 DUKE (3.891 €) en los tres últimos años. Los aficionados que quieren empezar en el mundo de las dos ruedas con una moto de marchas lo tienen claro. Por ello, Yamaha ha sido la primera marca japonesa en atreverse con este segmento y, aunque hay otras naked deportivas asiáticas de 125 cc (Daelim, SYM y Hyosung), carecen del nivel de sofisticación de KTM y Yamaha.
Hasta ahora, en el catálogo naked de baja cilindrada de la firma de los diapasones sólo figuraba la YBR125 (2.099 €), una montura ciudadana, económica y tranquila con una década de historia a sus espaldas. La MT-125 nada tiene que ver con ella pues el concepto es completamente sport, sirviendo de escalón de acceso a la familia MT, completada por la MT-03, MT-07, MT-09 y MT-09 Street Rally. Una MT-250 con motor de YZF-R25 tampoco sería descabellado, veremos qué sucede…
Al contrario que la firma austriaca, que fabrica su naked en la India a través de Bajaj, la nueva MT-125 se ensambla en las instalaciones que la marca MBK tiene en la localidad francesa de Saint-Quentin. Al contrario de lo que sucede en otros modelos de gran cilindrada como la BMW S1000R o la Triumph Stret Triple R que emplean los modelos superport como base para crear la naked, Yamaha ha partido de cero para concebir una moto naked que ha servido de plataforma para lanzar la segunda generación de la YZF-R125 (la que conocíamos hasta ahora ya contaba con 5 años a sus espaldas), ofreciendo así un producto con el mismo carácter, pero más divertido, polivalente y fácil de conducir.
Al margen del diseño exterior, la postura de conducción respecto a la YZF es diferente, con un asiento y estriberas más bajos y un manillar alto con el que adoptas una posición más erguida que en la R. Su mecánica monocilíndrica de 4 válvulas tiene un 70% de piezas nuevas respecto a la anterior generación 125, declarando ahora 15 CV a 9.000 rpm con un par de 12,4 Nm a 8.000 rpm. El depósito de gasolina tiene la misma capacidad que la supersport (11.5 l.), pero las formas del mismo son más radicales.
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Frescura desnuda

A sus mandos adquieres una posición muy natural, lógicamente, mucho menos agresiva que en la YZF-R: adiós semimanillares y bienvenida a las torretas con manillar ancho. Para salir debes soltar la maneta del embrague casi del todo pues el punto de fricción está casi al final del recorrido. Una vez en marcha es cómoda, suave y el motor no transmite vibraciones. Atacando curvas reviradas o “culebreando” entre el tráfico de la ciudad percibes rápidamente que se trata de una moto de 138 kg llena, tan ligera como manejable. Buen radio de giro y facilidad de manejo son sinónimos de MT-125.
Genética supersport en la Yamaha MT-125 2014
Uno de los aspectos más agradables es que, al contrario que su hermana supersport, no necesitas subirla tanto de vueltas para disfrutar de la zona buena, curioso teniendo en cuenta que técnicamente son idénticas. Mientras en la R hacía destellar constantemente las luces de sobrerrégimen de la intrumentación, en la MT-125 circular entre 6.000 y 8.000 rpm es suficiente porque da la sensación de que tiene más par motor que la YZF. Otro punto a su favor es lo ajustado de su consumo que, durante todo la prueba, nunca superó los 2.7 l./100 km.
Si en todos los aspectos cumple, en la parte ciclo es donde realmente destaca. Su conjunto chasis-suspensiones hacen que la consabida reputación de Yamaha en este aspecto sea bien merecida. La horquilla delantera invertida Kayaba de 41 mm se lleva la palma, otorgando una rigidez y confianza dignas de una moto de gran cilindrada, algo que no sucede con el amortiguador trasero, que me resultó algo blando. La agilidad es fantástica y los neumáticos Michelin Pilot Street también tienen buena culpa de ello, con un estrecho 130 trasero que favorece los cambios de dirección rápidos. La pinza de freno radial cumple bien, pero esperaba más, quizá demasiado esponjosa.

Valoración final

Por 4.299 € Yamaha nos ofrece un producto atractivo, de calidad, que da confianza y sigue la “atrevida” manera de entender la conducción en moto de la familia MT. Es una montura fresca, dinámica, accesible y con toque de diseño italiano (el diseño corre a cargo del departamento de Yamaha Motor R&D en Monza). Es más tranquila y dócil que la KTM DUKE, con menos tacto racing y mayor versatilidad. Leds, pantalla con ordenador de a bordo, llantas con palos en “Y”, terminan de redondear una moto bien parida.
Disponible en rojo, gris y blanco (versión Race Blue) también cuenta con una completa gama de accesorios para poder adaptarla a nuestras necesidades touring o racing: top-case de 39 l., silencioso Akrapovic, cubre-radiador, bolsa sobredepósito, cúpula ahumada, etc.
Yamaha MT-125 freno de disco

Lo mejor:

  • Agilidad
  • Chasis
  • Facilidad de conducción
  • Tren delantero

Mejoraríamos:

  • No tiene indicador de marcha engranada
  • Sin opción de ABS

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