Hola motolombianos, Carlos
Giantomasi con 76 años, recién jubilado
y una moto Honda CB de 250 CC partió esta semana desde Río Tercero hacia
Alaska, en su equipaje lleva un GPS, tres mudas de ropa, un computador portátil,
una carpa y ropa térmica. Una aventura que, según estimó, le demandará unos
seis meses. “Muchos lo intentan, pocos lo consiguen, espero lograrlo”, dice
tranquilo y confiado.
Casado, con tres hijos y
tres nietos, Giantomasi cuenta que nació en Italia y a los 9 años llegó a
Argentina con sus padres. Se radicó en Río Tercero en 1966 y dedicó su vida
laboral al rubro de las telecomunicaciones.
Carlos dio su primer gran
paso uniendo en moto Río Tercero con Ushuaia, en 2010, recorriendo 12 mil
kilómetros. Sus ganas lo llevaron luego sobre dos ruedas hasta el mítico Machu
Picchu, en Perú, en 2012. También lo hizo hasta las playas de Camboriú.
“Hice 33 mil kilómetros
entre los tres viajes (Ushuaia, Perú y Brasil)”, grafica con simpleza,
relajado, sin alardes. Su fiel acompañante no es la moto más potente ni más
sofisticada. Incluso no es nueva, sino modelo 1994. Carlos la valora: “Cómoda y
liviana, pesa 170 kilos”.
Ahora, lanzado para llegar
al extremo norte del continente americano, dice que transitará unos 50 mil
kilómetros, entre ida y vuelta, recorriendo la costa del Pacífico y volviendo
por la del Atlántico. Todo eso en moto, salvo apenas 80 kilómetros en ferry en
un tramo entre Bogotá y Panamá. Según calcula, “serán unos 100 días efectivos
de viaje, recorriendo unos 500 kilómetros por día”.
Aclara que el viaje más
directo a Alaska representa unos 40 mil kilómetros, pero apunta que cuando
llegue al extremo norte, planea estirar algo más el recorrido, para desviar
hacia Canadá “y visitar amigos y familiares”.
Planifica viajar cinco días
a la semana. “Lo haré sólo de día y descansando mediodía del sábado y todo el
domingo”, aclara para los que le avisan de su edad. Destaca que dormirá en
hoteles aunque “si surge algún lugar bonito” también la carpa será una opción.
Fondos
Costea el viaje con fondos
propios: “Unos 15 mil dólares”, responde cuando se le pregunta si sabe cuánto
necesitará. Casi no lleva dinero sino su tarjeta. Sin embargo, admite que es
difícil realizar un cálculo porque “dependerá de las circunstancias que surjan
en el viaje”.
En este punto, aprovecha
para agradecer “a los amigos que colaboraron y al municipio local con dos mil
pesos”.
La carga que lleva comprende
“un GPS, tres mudas de ropa, algo para la moto, unanetbook , una carpa,
elementos para la lluvia y un traje térmico conectado a una batería que da
calor a las manos, la espalda y las piernas”, cuenta.
Para la odisea se preparó
físicamente con “bici fija, pesas para fortalecer brazos y piernas y otros
ejercicios”.
Agradece “no tener problemas
de salud” y valora “el apoyo moral de amigos y de la familia”, para alentarlo
en cada desafío.
No disimula su ansiedad ni
su confianza. “Mi esqueleto dirá hasta dónde puedo llegar”, dijo horas antes de
salir, sabiendo que su trayecto no es cosa menor.
Fuente: Mariela Martinez---www.lavoz.com.ar
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